Diego Pablo Simeone sigue tachando cosas en su lista de objetivos. Anoche el Atleti cosechó un empate en el Benito Villamarín en un partido gris. No estaba Falcao, pero los actores de reparto superaron el trámite. El 2-0 de la ida fue suficiente para minar la moral de los béticos, que en ningún momento parecieron creer tener alguna posibilidad de tumbar al Atleti.
El equipo rojiblanco salió con todo, a excepción de los lesionados Juanfran y Falcao, lo que hizo que volviéramos a ver en el once inicial a Manquillo y Diego Costa. Sin embargo, los primeros minutos fueron para el Betis que trataba, sin éxito, de atravesar la muralla colchonera. Volcaron sus ataques por la banda izquierda que defendía el joven Manquillo, pero se encontraron una y otra vez con que la buena colocación de la zaga les obligaba a buscar centros, sin final feliz, al área de Courtois.
Cuando el Betis merecía el gol llegó la sentencia. Minuto 45, despejó Miranda con un patadón hacia campo bético y allí apareció la diosa fortuna en forma de malentendido: Amaya y Casto se chocaron tras una incomprensible salida del guardameta verdiblanco y el balón quedó muerto para que Diego Costa marcase a puerta vacía.
Se llegó al descanso con todo el pescado vendido y en la segunda parte no hubo mucho que ver. El Atleti dominó a un Betis que bajó los brazos ante la necesidad de hacer cuatro goles para poder clasificarse. Con todo esto, Simeone aprovechó para dar descanso a Gabi, Arda y Diego Costa, dando entrada a Emre, Raúl García y Cebolla.
Hubo que esperar hasta el minuto 90 para que pasara algo. Clos Gómez señaló penalti de Godín sobre Jorge Molina que él mismo se encargó de transformar. Empate a uno y a pensar en el Athletic, próximo rival en Liga, y en el Sevilla, próximo rival en Copa.
Un saludo. ¡Diles que se vayan!
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