Spanish Tennis

Tremendos.

Así son los partidos en tierra batida cuando se juntan dos bestias de esa superficie. De una parte, el mejor tenista que he visto en mi vida sobre dicha superficie, Don Rafael I de Manacor. Del otro lado de la Central Court de Montecarlo, el aspirante, amigo y uno de los pocos capaz de plantarle cara en tierra, David Ferrer.

Ferrer ha demostrado que es muy bueno. No se ha rendido en ningún momento, ha peleado cada golpe como ha podido, jugando al límite, cometiendo varios errores precisamente por no querer cometerlos, por no querer ceder ante el mejor de la historia en Montecarlo.

Se han disputado algunos puntos impresionantes, sobretodo en el segundo set cuando, tras el tercer juego, Rafa estaba con ventaja después de romper el saque de Ferrer. Parecía entonces que el alicantino tiraba la toalla, pero este chaval es un ejemplo de lucha y no se rinde nunca. Ha seguido forzando a Nadal hasta ponerse 4-5, en ese momento Rafa ha sacado lo mejor que tiene para igualar el set y ponerse 6-5. Se oían los gritos de David enfadado consigo mismo por haber fallado: "¿Qué fás?" (¿Qué haces?) -decía. Llega la primera bola de partido, servicio para Nadal, bandeja de plata... pero Ferrer consigue salvarla aferrándose a cualquier mínima esperanza. Sólo hizo falta una más para que el manacorí consiguiese su objetivo.

Al final se ha impuesto la lógica y Nadal ha vuelto a reinar en el torneo de Mónaco. Pero sabe que tiene un duro rival en la tierra batida en el jugador de Jávea. Ferrer ha empezado muy fuerte esta temporada, tal y como ha reconocido el campeón al final del partido, y van a tener que andarse con mucho ojo Soderling y Murray para no verse sobrepasados por el alicantino (actualmente en el puesto 6 del Ránking ATP).

Y es que, con esta exhibición, Nadal suma ya siete victorias consecutivas en el Masters 1000 de Mónaco. La gente se acostumbra al himno español (segundo año consecutivo con final española) y, sobretodo, al buen tenis.

La semana que viene más del número uno. Una nueva ocasión para ver golpes increíbles, deslizamientos sobre la tierra, paralelos, drives, voleas... en el Barcelona Open Banc Sabadell o, como se ha llamado toda la vida, el Trofeo Conde de Godó.

Hasta entonces.